Christopher Schreck es un talentoso arista de Estados Unidos que experimenta incansablemente con video y colores.
MIRE: ¿Dónde fuiste criado? ¿Tus fotos se parecen a ese lugar de la infancia?
Christopher Schreck: Crecí en los suburbios de Chicago y me mudé a la ciudad cuando terminé la escuela, pero pesar de que muchas de las fotos fueron tomadas ahí, no creo que Chicago esté tan presente en mi obra. Todas mis fotos son siempre sutilezas o detalles de los alrededores que resultan se interesantes, generalmente no me gusta presentar mucho el contexto de las imágenes. Así, no importa realmente de donde vengo; Chicago es tan sólo dónde paso la mayor parte de mi tiempo. Personalmente, creo que las imágenes son a menudo más poderosas si no están ligadas de manera evidente a algún lugar o situación –ésto abre el panorama tanto del fotógrafo como del espectador– de tal forma que mis fotos no lucen como mi ciudad, porque no quiero que pertenezcan a lugar alguno.
M: ¿Prefieres tomar fotos por tu cuenta o con algún grupo de amigos? ¿Cómo es tu proceso creativo?
CS: Tengo una idea muy desordenada de como tomar fotos. Me gusta mantener el proceso siempre abierto al azar y la casualidad en la medida de lo posible; mientras más espontáneo e intuitivo trabaje, consigo mejores resultados (y más diversión). No me la paso calculando y midiendo para disparar y rara vez tomo mas de una foto del mismo tema. Esto hace que el proceso sea más interesante, porque siempre resulta algo especial -una buena composición, curiosos efectos de filtros, y esa extraña sensación de que la imagen ha trascendido su contexto banal.
Siempre llevo la cámara conmigo, y tomo fotos siempre y de lo que sea, así que el hecho de estar solo o acompañado no define mi proceso en realidad. En todo caso, prefiero trabajar por mi cuenta, pero es sólo cuando algo llama mi atención que voy a detenerme a tomar la foto sin importar que esté haciendo o que conversación esté manteniendo. Cuando estoy con mis amigos, me gusta separar mi papel de fotógrafo de la interacción con los demás. Es por eso que rara vez aparecen personas en mis fotos.
M: Tus fotos tienen una serenidad y atemporalidad que permanece en el espectador por mucho tiempo ¿Le das importancia a la espiritualidad cuando trabajas?
CS: No podría decir que mis fotografías tienen mucho que ver con la espiritualidad, al menos en lo que entiendo por ella o el sentido general de la palabra. Tan sólo intento hacer imágenes convincentes, que operen bajo la idea de que sustancia y belleza estética no se excluyen mutuamente. Entre otras cosas, estoy interesado en algunos conceptos detrás del Romanticismo -sutileza, atmósfera, belleza natural, encubiertas de misterio– y creo que esas ideas son muchas veces confundidas con algunas nociones de espiritualidad; tal vez sea eso a lo que te refieres. De ninguna manera me molesta que alguien interprete mi trabajo bajo líneas espirituales, pero en realidad, no juega un papel conciente en la manera como yo hago mis fotografías.
M: ¿Algunas sugerencias para los fotógrafos amateurs? ¿Que fotógrafos recomendarías buscar?
CS: Todavía estoy aprendiendo y mejorándome cada día, pero debo decir que existen algunas reglas que son benéficas para todo fotógrafo: trabajar duro y de forma disciplianda. Nunca cansarse de experimentar. Tomar tantas fotos como sea posible y nunca ser celoso de una imagen tan sólo porque es tuya. Siempre haz contacto con gente que admiras y encuentras interesante.
Igual de importante es la lectura (no tan sólo acerca de fotografía) y pasar algún tiempo contemplando el trabajo de los demás. Me emociona ver las obras nuevas que encuentro a diario, pero estos son algunos artistas de los cuales he aprendido muchísimo:
Jennilee Marigomen, Jason Lazarus, Marcelo Gomes, Nicholas Haggard, Peter Sutherland, Alexander Binder, y Nicholas Gottlund.
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